En la intersección de la Avenida Olmos con la calle Rivadavia, en pleno
centro de la ciudad, se alza el edificio “La Mundial”, que tiene la particularidad
de ser el más estrecho de América del Sur con relación a su altura.
Construido por dos arquitectos franceses en 1931, sus nueve plantas se encuentran edificadas sobre un terreno de 33 metros de frente, pero con una profundidad de 3,70 metros en su parte más ancha y sólo 80 centímetros en la más estrecha.
La causa de este "capricho edilicio" está fundada en una ordenanza municipal que dispuso el ensanchamiento de la Avenida Olmos, reduciendo el espacio edificable a las medidas ya señaladas. En el año 1930, la compañía de seguros La Mundial —hoy desaparecida—adquirió el solar, que se creyó no edificable, y levantó el edificio para albergar sus oficinas.
Se cuenta que el lote aledaño posterior al edificio pertenecía al hermano del dueño del lote en donde está emplazado actualmente el edificio, pero por diferencias y peleas entre ellos, el primero no quiso venderle su lote al otro, lo que le hubiese permitido contar con un espacio un poco mayor. De todas maneras (y a modo de rivalidad) el edificio se construyó, convirtiéndose así en un logro jamás pensado. También existen rumores de que su apurada construcción fue para ocultar algún túnel subterráneo.
El edificio más angosto de América del Sur, el edificio más misterioso.
Construido por dos arquitectos franceses en 1931, sus nueve plantas se encuentran edificadas sobre un terreno de 33 metros de frente, pero con una profundidad de 3,70 metros en su parte más ancha y sólo 80 centímetros en la más estrecha.
La causa de este "capricho edilicio" está fundada en una ordenanza municipal que dispuso el ensanchamiento de la Avenida Olmos, reduciendo el espacio edificable a las medidas ya señaladas. En el año 1930, la compañía de seguros La Mundial —hoy desaparecida—adquirió el solar, que se creyó no edificable, y levantó el edificio para albergar sus oficinas.
Se cuenta que el lote aledaño posterior al edificio pertenecía al hermano del dueño del lote en donde está emplazado actualmente el edificio, pero por diferencias y peleas entre ellos, el primero no quiso venderle su lote al otro, lo que le hubiese permitido contar con un espacio un poco mayor. De todas maneras (y a modo de rivalidad) el edificio se construyó, convirtiéndose así en un logro jamás pensado. También existen rumores de que su apurada construcción fue para ocultar algún túnel subterráneo.
El edificio más angosto de América del Sur, el edificio más misterioso.
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